v. 8 n. 2 (2022) Límites, diálogos, síntomas, descentramientos- Revista Visuais. Juan Bautista Peiró López & Angel Manuel Rodríguez Arias
Arte en entornos periféricos
Ana Donat: los frutos del abandono
El ser humano vive marcado por un sentimiento dual que parece formar parte de su más íntima naturaleza. Sirva esta reflexión de tintes psicológicos para introducir el trabajo creativo de Ana Donat (Valencia, España, 1966), artista multifacética e interdisciplinar. Arte y técnica, cultura y naturaleza, creación y destrucción conviven entrecruzándose con la complejidad superpuesta, acumulativa, desbordada y reordenada por la pasión de la creadora y el tesón de la investigadora.
Botánica, psicología, gestión, organización de recursos naturales y artes plásticas son diferentes afluentes que terminan por confluir en el caudaloso torrente creativo que no ha dejado de manifestarse -constante y cambiante- desde finales de los años ochenta del siglo pasado. Si materia viene de madera y cultura procede etimológicamente de cultivo, no cabe ninguna duda que durante décadas, Ana Donat ha interiorizado ese trasfondo
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Vídeo de la presentación de FUGAS I, II y III. Catálogos de las exposiciones de Eltono, Vanesa Valero y Ana Donat celebradas en la Fundación Giménez Lorente (UPV) y comisariadas por Juan Peiró.

https://www.instagram.com/p/BxwQ7VdCHtb/?utm_source=ig_web_copy_link

Serigrafiar, coser, bordar, estampar, teñir, dibujar, cartografiar la naturaleza y los territorios. Sigo con los mismos procesos desde hace años. Ahora preparando su evolución natural.

PERIPHERAL TERRITORIES

2012-2016

"...Me interesa más el conjunto que las partes del paisaje y aunque lo catalogue, documente y genere artefactos que lo recrean, estudio la interrelación de todos ellos, incluida la acción de mi cuerpo, trazando así un mapa paralelo, superpuesto, en una hibridación disciplinar entre botánica, ecología, arte y ciencia..."

Carpeta compuesta por 370 fotografías e inserto de texto.

Inyección de tinta sobre papel de algodón/tamaño 420 x 297 mm c/u. Ed 5 + 2 a/p

Fundación Bancaja-Espais d´Art-Comisariada por Martí Domínguez

"El arte de Ana Donat parte muchas veces de su intenso rastreo de pedazos de realidad abandonada por calles y barrios de Valencia. "El proceso de búsqueda de materiales es lo que más me gusta. Descubrir cosas a las que nadie da valor y darte cuenta de que era la pieza que te faltaba. Que esa encaja en tu obra", afirma en su conversación con Martí Domínguez #Espaisdart #EstaenEspaisdart #FundacionBancaja"

Imágenes y detalles del proyecto en curso

trip-travel-path-itinerary-meetings//in progress//

anadonat © all rights reserved

 

 

Extracto de la presentación en el MUVIM del proyecto en curso Territorios Periféricos.

 

MuVIM, Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad.Valencia, 18 de junio de 2015

 

 

 

 PERIPHERAL TERRITORIES//TERRITORIOS PERIFÉRICOS

 

“Las periferias de nuestras ciudades son cada vez más clónicas, casi todas las zonas parecen iguales, son como un Big Mac, vayas donde vayas, siempre sabe igual”

 

Fred Taggart, Prince´s Regeneration Trust. London.



 

“…La creación artística cada vez más se nutre e interrelaciona con otras disciplinas aparentemente dispares entre si.

Empecé estudiando Psicología y al mismo tiempo desarrollaba inquietudes artísticas. Siempre he sido una observadora voraz de todo lo que me rodea, del comportamiento humano  y de las estrategias de supervivencia, adaptación y desarrollo de otros seres vivos.

La fascinación por la naturaleza me viene de lejos: la botánica, la ecología, las relaciones que se crean entre diferentes organismos y su medio, los procesos de adaptación de las plantas, porqué crecen en unos sitios y no en otros, qué hace que una especie o varias coincidan y se desarrollen en diferentes zonas.

Qué significa que sean precisamente esas plantas las que aparezcan primero como sostén de otras después de un incendio o tras el deterioro y degradación de un paisaje por la mano del hombre.

 

El otro día asistí a la presentación del libro de José María Parreño, “Arte y Ecología” en el que apuesta por “la convergencia entre ambos, con la propuesta de actualizar y reorientar la relación del ser humano con el entorno, impulsando un cambio de mentalidad a través de la educación ambiental y la reflexión artística. Muestra cómo los artistas se inspiran en los principios de la ecología y de que forma analizan tanto su dimensión ética como transformadora.(se muestran trabajos concretos en restauración de territorios degradados, arquitectura, fotografía, escultura.”

Además se presentó un nuevo diploma de la UPV: “Diploma de Especialización en Sostenibilidad, Ética Ecológica y Educación Ambiental” por su director y profesor de la Facultad de Bellas Artes,  José Albelda  miembro del  Centro de Investigación de Arte y Entorno.

Cuando empezaron a desgranar asignaturas y contenidos del mismo tuve una sensación de confort y orden: la diversidad de estudios y aficiones por los que he pasado durante estos veinticinco años de forma intuitiva o por necesidad de una mayor comprensión pensando que me dispersaba, de pronto formaba parte del contenido de un nuevo diploma de especialización universitaria. No iba mal encaminada.

Estudios artísticos, diseño de espacios, gestión de recursos naturales, proyección y regeneración  paisajística, jardinería, ecología, educación ambiental, comportamiento humano...de alguna manera estaban incluidos en esos contenidos.

De esa especie de alambique-maremágnum, salió la gota destilada  que alimenta los proyectos en los que últimamente trabajo investigando el proceso creativo y los procesos de la naturaleza, cómo interactúa el hombre con el paisaje y como los elementos que lo conforman responden.

 

La preocupación por el medio natural la traslado a mi trabajo a través de un mensaje de alerta ante la usurpación y el despilfarro de los recursos naturales por el ser humano.

Reflexiono sobre los actos de violencia que ejercemos de forma diaria sobre el entorno y  en consecuencia sobre nosotros mismos...

En proyectos anteriores interrelaciono varias disciplinas:

“Híbridos: Artificio de la Naturaleza”(2004) en el que hablo de la degradación de los mares, de las praderas de Posidonia oceanica del Mediterráneo; “Bosques Encapsulados”(2009) alertando sobre la preservación de los bosques, enfrascados y acumulados en Bancos de Semillas confinados bajo el hielo; “Savage-Sauvage” (2012-2013) proyecto desarrollado en residencia artística entre Valencia (Parque Natural  Devesa Saler) y la costa de Marruecos, basado en el estudio de la vegetación dunar y sus estrategias de supervivencia bajo mínimos y la belleza ingenieríl de sus estructuras vegetales.

 

En este nuevo proyecto en curso “Territorios Periféricos” utilicé de nuevo la botánica.

Hice un itinerario periférico alrededor de la ciudad, a través de su botánica y de sus elementos constructivos y paisajísticos.

Y si...la destrucción, la degradación y la fealdad aparente albergan belleza.

Observé la vegetación espontánea la que crece en esos espacios degradados, esa flora humilde, esas mal llamadas malas hierbas, poco llamativas en un primer vistazo, creando ejércitos combatientes defendiendo su territorio, son pioneras y supervivientes en terreno hostil, como muchos de nosotros.

Esas estrategias de supervivencia que poseen ciertas plantas en ambientes extremos como respuesta a situaciones externas son una protección contra las inclemencias y a su vez, quiero pensar, armaduras y adaptaciones contra las condiciones que les imponemos los seres humanos.

De la misma forma que la violencia está presente en lo natural lo está en nosotros como algo cotidiano (espinas, escamas, cápsulas lignificadas...)

 

En este viaje periférico recupero tesoros que apenas percibimos, lugares abandonados, huellas industriales olvidadas, paisajes en ruinas, restos arqueológicos de dudosa cronología (como dice Joaquín Jara, artista) como son  restos de plásticos de un vivero abandonado, tejas rotas de una vieja alquería y cubiertos en cajones desvencijados, fragmentos de acequia, documentación como pasada por una guerra nuclear, pruebas y restos  de despilfarros orgiásticos a costa del ciudadano... pero también tesoros botánicos, pioneros y combatientes en esos nuevos lugares, vegetación cuya presencia juega un papel importante en la preservación de su ecosistema de la misma forma que cada uno de nosotros  y nuestras construcciones son piezas clave en el  nuestro (vital y cultural)

Recorro las huellas y paisajes industriales, las huertas abandonadas, las playas invadidas, los descampados, los terrenos baldíos, los vacíos urbanos, los paisajes periféricos humanos, materiales y vegetales, sus sonidos y texturas y esa belleza intrínseca que los habita.

 

Los barrios periféricos sufren de verdad cuando hay muchas propiedades vacías o en ruinas, ocasionando con el tiempo, una espiral de decadencia.

Encontramos lugares abandonados, la mayoría en las zonas de periferia urbana, bordeando las ciudades, muchos quedan entregados a la naturaleza, como una presencia que es una ausencia, un cadáver de la construcción condenado a la descomposición.

Estos lugares de nadie, tienen una gran capacidad de evocación: el silencio de su abandono contrasta con los sonidos crujientes de nuestras pisadas al adentrarnos en ellos y es entonces cuando la naturaleza originaria se muestra, colonizándolo todo de nuevo.

Al cruzar a ese territorio despreciado, uno no sabe que va a encontrar, y eso hace todavía más atractiva su dejadez y decadencia, la historia que allí reposa, la emoción que transpira, en un conjunto de contradicciones entre lo bello y lo obsceno.

Para algunos, estos lugares simplemente no existen, solo como referente, entre su casa y otra ubicación, son como un pañuelo de papel desechable, usado.

A mi parecer, no están realmente abandonados,  más bien están en constante transformación: cuando nosotros nos vamos, la naturaleza empieza a recuperar lentamente lo que le había sido arrebatado, pero de una forma diferente, casi siempre sorprendente, creándose una Nueva Naturaleza.

 

Explorar lugares abandonados reaviva la pasión infantil por redescubrir lugares prohibidos, deshabitados, y en ocasiones, peligrosos.

Con la posibilidad de llevarte un susto, al caerte una viga de madera podrida encima, colarte por el agujero de un forjado. Pero también infringir alguna norma como romper candados para entrar en una bodega abandonada con sistema de video vigilancia o hacerte pasar por funcionario del ayuntamiento cuando te pillan in fraganti!

 

Compramos, construimos, tiramos, abandonamos, volvemos a comprar, construir, en una rueda exponencial.

Las ciudades siempre han abandonado lugares. Tenemos una gran capacidad para transformar la ciudad, acelerando ese proceso de abandono. Vamos consumiendo, devorando territorios y los desechamos en espera de uno nuevo, compulsivamente, despilfarrando recursos, generando víctimas en el paisaje.

Si miramos un mapa, hasta hace unos años, la ciudad era algo que se recortaba sobre un fondo. Si hoy miramos la foto aérea de cualquier ciudad, veríamos que el campo es la figura que se recorta sobre el fondo urbanizado.

Nos encontramos de cara con la especulación urbanística y en consecuencia con la explosión de la burbuja inmobiliaria. Y cuando esto pasa se deja a la vista un paisaje de urbanización dispersa, fragmentada, con cientos de casas vacías, de viviendas inacabadas, de nuevas ruinas, esqueletos de hormigón después de su exposición al pillaje y la intemperie.

La misma suerte corre mucho de nuestro patrimonio industrial (Rosa Ulpiano lo llama “submundo de sedimentos”).

Sabemos lo importante que es su regeneración, porque nos explica una historia, nos da una oportunidad de conectar con el pasado, con el lugar de donde vienes, una identidad. Este patrimonio industrial, fabril, de periferia, acaba con suerte, engullido por nuestras ciudades y recuperado para otros usos, respetando su esencia arquitectónica como es el caso  de Las Naves aquí en Valencia por ejemplo y su utilización como contenedores de arte.

Lo mismo pasa con el paisaje agrario, al que hay que valorar no solo por su potencial económico (ya que de ahí le viene su fragilidad), pudiendo ser destruido en el momento en que el lugar que ocupa pueda ser más rentable aplicando en el un uso diferente.(ZAL, la Punta,  expropiación de huertas para entrada nueva al puerto de Valencia-explanada para contenedores-)

Antiguamente no había distinción entre jardín y huerto, y el jardín era un sitio de recreo,  de belleza, de contemplación y disfrute del alma...deberíamos valorar el paisaje agrario entonces como un trabajo artístico, desde una apreciación estética?

 

Por desgracia muchas de estas construcciones y paisajes son demolidas y usurpados en pro de cientos de viviendas-jardín, o mejor dicho, la perversión de la idea de ciudad-jardín, de parcelas, de fragmentaciones del territorio clónicas, impersonales, donde se desarrolla un estilo de vida nada complejo.

Son proyectos sobredimensionados, irreales y muchos de ellos se convierten en ruinas modernas deshabitadas, fracasos urbanísticos.

El urbanismo, en ocasiones, sirve como respaldo jurídico para el negocio inmobiliario y la megalomanía humana, y no se lleva a cabo con criterios de eficiencia económica, de equidad, sostenibilidad o de cohesión social.

Se convierte en el negocio de los propietarios del suelo, de los promotores, de los constructores, de los bancos, teniendo a veces la complicidad y la corrupción de los poderes públicos. La economía y la política van dando forma al paisaje.

El espacio urbano, la configuración de las ciudades, tiene un fuerte impacto en sus habitantes. Sus trazados, usos, símbolos, se convierten en una forma de control social, condicionando el comportamiento y la ocupación-instalación de los diferentes grupos sociales, creando territorios acotados, fáciles de controlar y vigilar. Esos espacios aparentemente públicos, controlan los espacios privados. Aparece un paisaje humano.

(Gentrificación en barrios como Ruzafa, Valencia)

Por otro lado, el consumo continuo de suelo hace que la ciudad ya no sea compacta, está desparramada, entre carreteras, autopistas y rotondas, con zonas superpobladas y otras con muy baja densidad de habitantes, desigual, donde es muy difícil crear ciudad, relacionarse unos con otros.

Si pudiésemos reutilizar parte del medio urbano o edificado, donde las estructuras ya han sido construidas, podríamos evitar invadir las áreas naturales existentes y usar la tierra fértil ya que la mayoría de asentamientos urbanos en toda Europa se encuentran en los terrenos más fértiles del continente.

La expansión de las zonas urbanas también conlleva a que la tierra quede sellada, de forma que no pueda intercambiar gases con la atmósfera, ni absorber agua y así difícilmente pueden desarrollarse y vivir microorganismos generadores a su vez de vida.

La expansión de las zonas urbanas y su infraestructura, también comporta la fragmentación de los hábitats, con problemas para la biodiversidad. Cuanto mayor es el suelo sellado, menos agua puede absorber, pudiendo crear problemas de inundaciones y de deterioro ecológico.

Según muchos estudios, no existe ningún proceso de crecimiento demográfico significativo, por tanto, no se entiende a que se debe esta necesidad de mayor consumo de suelo de forma indiscriminada, devastadora, y descerebrada.

 

La resistencia- el proceso

 

Pero la lucha por la supervivencia suele ser más tenaz que todas nuestras atrocidades.

En esos meses de catalogación de nueve zonas  pertenecientes a este itinerario periférico (basadas en los límites de la zona B del metro de la ciudad de Valencia) y de nuevos restos arqueológicos pasados por el filtro de las emociones, una serie de vegetación iba acompañándome por donde me movía: una nueva naturaleza, la “naturaleza legalmente propietaria de esos territorios”.

¿Porqué esas zonas?¿ Ese límite? ¿Porqué Valencia?Es la ciudad por la que me muevo y vivo.  Utilizo mucho el transporte público: permite dejarte llevar y observar lugares y personas.

El límite: la ZONA B del metro como marco del proyecto. Un mapa de metro manoseado y  que inicia la exposición presentado en una vitrina como un mapa del tesoro.

Es algo fácilmente reconocible por los ciudadanos. Al mirar un mapa del metro reconocen desde arriba, en planta, los límites y las zonas de su ciudad, saben orientarse y de algún modo se sienten partícipes  del trabajo, reconocen lugares y paisajes comunes.

Me movía en metro y a pie. Bajaba en la última estación límite y empezaba un recorrido más o menos organizado, ya que previamente con la ayuda de cartografía o de Google Earth, prefijaba las visitas interesantes.

Mis instrumentos y materiales de trabajo en campo: cámara de fotos, GPS, mapa físico, libreta de apuntes y como estrella invitada e indispensable sin la cual tampoco hubiese sido posible el trabajo, el carrito de la compra, compañero fiel, tuneado con una caja de madera que iba llenando los restos arqueológicos, los hallazgos, georreferenciados, el maravilloso botín diario...!

Hilo conductor: la botánica, la vegetación del itinerario.

Catalogué la más abundante, la más delicada o la escasa, que surgía como un tesoro entre toda, o la que se asomaba orgullosa y exuberante por ventanas y tejados.

Hice una selección de 86 especies, las más representativas, la mayoría nitrófilas, que nacen espontáneamente en estos solares, en las tapias o en los ribazos de la huerta, semillas de otros cultivos, de jardines cercanos, emergentes por movimientos de tierras o las llevadas por el viento. Passiflora caerulea, flor de la pasión, Medicago sativa, alfalfa, Ricinus communis ,ricino, Capsella bursa-pastoris,  bolsa de pastor, Sisymbrium irio, matacandil 

Datura stramonium, estramonio, Araujia sericifera, miraguano, Nicotiana glauca, tabaco moruno, Dittrichia viscosa,  olivarda…

Minuciosamente y complementado con un proyecto anterior de dos años fotografiando cada especie, in situ, documentando todo su ciclo desde la semilla a la flor y despiezando cada parte para su estudio botánico para la elaboración de un herbario,  asigné a cada una de las zonas una lista de especies concreta por criterios científicos  ciencia o  estéticos.

He perdido la cuenta de cuantas tengo fotografiadas, catalogadas y dibujadas en pequeños cuadernos de campo y así crear un itinerario botánico de vegetación espontánea, silvestre, mi propia “Botánica Periférica”, alrededor de una ciudad, acompañado de elementos esculturales y paisajes que son esas construcciones-destrucciones, descampados y espacios vacíos (carpeta con 370 fotografías e inserto de texto, cinco ejemplares)

Las zonas se agruparon en nueve pero en un principio fueron once.

1-Valencia Sud, 2-pinedo Nazaret La Punta, 3-Rosas Manises Quart de Poblet, 4-Fuente del Jarro Santa Rita, 5-Alboraya, 6-Paterna, 7-Benimaclet Politécnico, 8-San Miguel de los Reyes Orriols, 9-Benicalap Empalme, 10-Parque Científico La Coma, 11-Forata Boulevard Sud Nueva Fé)

Se documentó con un total de 4000 imágenes tomadas durante dos meses de incursión en esos territorios.

De la misma forma recogí “restos arqueológicos” muestras y objetos encontrados en cada una de las zonas. Fueron catalogados, georeferenciados y archivados como grandes hallazgos, testigos inertes del lugar y de la historia que cada sitio nos contaba.

Yo misma estaba dejando una traza, una huella, era como una invasión y a la vez estaba creando un nuevo mapa, en una acción performática intangible.

Estaba formando con mi paso por ese territorio, con la documentación, las fotografías, las anotaciones y apuntes de campo, los registros sonoros humanos y ambientales, olfativos y también registros de sabor subjetivos, estaba capturando, encapsulando “momentos sedimentarios de ese paisaje”, en palabras de la comisaria Eugenia García Sottile.

Al recorrer ese territorio estaba interviniendo en el espacio, como una performance vista desde el aire. Un camino que también tuvo un resultado material, artefactos, pero una acción con mi propio cuerpo, con la percepción única de ese momento concreto (olores sabores, sonidos...)

 

Los artefactos

 

Nueve urnas contienen las arqueologías, representan esa periferia a los ojos del visitante de la exposición como si de  una maqueta, un mapa 3D, en planta, representando iconos, y referentes de ese territorio.

Con materiales abandonados, sucios, semienterrados, en ocasiones también arrebatados a esos lugares de nadie, elegidos por su simbolismo, su textura o su color, desarrollé la pieza formada por nueve vitrinas que contenían esos elementos previamente cosidos, serigrafiados o teñidos, representando así otra forma de ese mismo mapa, de esas nueve zonas.

Entrelazando cartografía, trazados del metro, lista de especies vegetales, fotografías de los lugares significativos por su evocación, nostalgia o su importancia, dibujos y anotaciones, como un retrato del lugar.

Este es un proyecto abierto, en constante evolución, sigo trabajando en las periferias de otras ciudades.

Estoy haciendo lo mismo en otras ciudades en Barcelona y Milán y poder mostrarlo en 2016.

Además de confeccionar un mapa interactivo, bien con código QR o con el mismo Google Earth, donde el visitante podrá hacer el recorrido virtual y/o físico. Los pics le llevarán a enlaces donde obtendrá información con imágenes del sitio, sobre botánica, gastronomía asociada (bar grasiento con reconfortante café para sobrellevar la ruta) hechos  culturales y/o históricos relevantes.

Pensemos que si volviese a recorrer el trazado mi percepción sería diferente, posiblemente la captura de imágenes y objetos sería distinta.

Cada recorrido genera un espacio único cada vez, un mapa propio en cada momento que lo recorres.

 

Este proyecto me hace pensar en nuevos paisajes, en neo naturalezas.  Esas zonas selladas, construidas, en degradación o colmatadas por el hombre (vertederos) que vuelve a ser cubierta por la vegetación y su fauna asociada, ¿vuelve a ser un espacio natural? ¿un paisaje natural? ¿un neo paisaje? ¿otro artificio de la naturaleza?

¿Deberíamos reordenar y dejar crecer a su antojo ese tipo de vegetación superviviente, libre,  siguiendo los pasos del paisajista y jardinero Gilles Clement y su Jardín Planetario? Deberíamos dejar que la selección natural se ejerciese de sin barreras?

Me interesa más el conjunto que las partes del paisaje y aunque lo catalogue, documente y genere artefactos que lo recrean, estudio la interrelación de todos ellos, incluida la acción de mi cuerpo, trazando así un mapa paralelo, superpuesto, en una hibridación disciplinar entre botánica, ecología, arte y ciencia.

 

El Arte  no solo es reflejo de una sociedad sino que pretende modular o modificar esa sociedad.

Thomas Bernhard decía que “hablar hoy de naturaleza es hablar de su destrucción” y  en parte no estaba equivocado.

El papel del artista sería el de colaborador como intermediario entre el observador y la restauración paisajística, ecológica.

Pero a su vez ¿no sería esta una estetización de lo que yo misma condeno, con esta iconografía de la crisis ecológica y este “greenwashing”  al que  creo que de alguna forma contribuimos algunos artistas? 

 

ARTE PERIFÉRICO

Texto Martí Domínguez/Fotos Jesús Císcar El País-22 octubre 2014

 http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/10/22/quadern/1414000579_453594.html


Arte Periférico-Martí Dominguez-El País 23/10/2014
Arte Periférico-Martí Domínguez-El País
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La eficacia emocionante de la síntesis-Juan Bautista Peiró-Cátedra Pintura UPV- Centro de Investigación Arte y Entorno
La eficacia emocionante de la síntesis-J
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PERIPHERAL TERRITORIES, work in progress Milano,Italy

MOROCCO-MAROC-SAVAGE-SAUVAGE 31º51'15.66''N 9º31'31.80''O

Residencia artística- Ifitry, Essaouria- Biennale de Casablanca

SAVAGE-SAUVAGE 31º51'15.66''N 9º31'31.80''O

 

Del 12 de septiembre al 30 de octubre 2013

Fundación Caja Mediterráneo

 

Paralelamente a su trabajo artístico, Ana Donat lleva varios años investigando y estudiando Botánica, el Paisaje, y la interacción con el hombre.

Sus piezas e instalaciones nos trasladan a ambientes naturales, reales o imaginarios, hibridando vegetación con paisajes industriales y humanos.

La preocupación por el deterioro del medio natural es interpretada en sus obras a través de un mensaje  de alerta ante la usurpación y el despilfarro de los recursos naturales por el ser humano.

Reflexiona sobre los actos de violencia que ejercemos de forma diaria sobre el entorno y sobre nosotros  mismos.

Las estrategias de supervivencia que poseen ciertas plantas en ambientes extremos como respuesta a situaciones externas, son una protección contra las inclemencias y a su vez armaduras y adaptaciones contra las  condiciones que les imponemos los seres humanos...De la misma forma que la violencia está presente en lo natural, lo está en nosotros, como algo cotidiano.

Utiliza deshechos, plásticos, metales, tejidos, vegetales, acetatos, fotografía, serigrafía, estampaciones, papeles  y cuerdas con los que reconstruye paisajes imaginarios.

Sus obras se componen de elementos encontrados en el entorno, cosidos, bordados, teñidos, junto a anotaciones y etiquetas con indicaciones que nos dan pistas sobre el mensaje que quiere transmitir.

Introduce sus Cuadernos de Campo, dibujos y útiles empleados en la proyección paisajística, la cartografía  y en los estudios botánicos. Animaciones 3D y efectos sonoros acompañan algunos de sus trabajos.

Con sus obras crea una atmósfera que nos transporta a algún lugar salvaje, pero hibridado, manipulado por la acción del hombre, antropomorfizado...

The botanic-artistic research and living, last year on the coast of Morocco, and the scholarship from the Résidence d´Artistes Ifitry, Centre d´Art Contemporain Essaouira/Fundación Inspirarte, has allowed her to deepen and continue working on the interaction between ART-SCIENCE, ART-NATURE, ART-VIOLENCE, and the importance of the knowledge of what surrounds us (and of ourselves too) towards creative process.

 

Parallel to her artistic work, she achieved several years investigating and studying Botany, Landscape, and its interaction with the human being.

Her works and installations move us to natural, real or imaginary environments and hybrid vegetation mixed with industrial and human landscapes.

The worry for deterioration of nature is interpreted in her works across a message of warning, as a cause of the usurpation and the squandering of the natural resources by the human being.

She meditates about the how the acts of violence that we commit on the daily bases, affect both the environment and us.

The strategies of survival that certain extreme-environment plants possess, as a response to external situations, are a protection against inclement weather and armours too, adapted against the conditions that we, the human being, impose on them.

In the same way the violence is present in nature, it is in us, as something common.

Nowadays and in parallel to her artistic work, she develops a research about Mediterranean dune vegetation, Northwest’s Africa dune and desert vegetation and  its strategies of adjustment and survival.

With the use of waste materials, plastic, metals, fabrics, vegetable fibers, acetates, photography, silk-screen printing, printings, papers, gold foils and others, she constructs imaginary landscapes.

Her work contain  elements found in the environment, sewings, embroideries, dyeings, closely placed to annotations and etiquettes with indications, giving the audience some clues  which reflect the message she wants to transmit.

She introduces her Field Notebooks, drawings and technical tools which are employed in landscape design, cartography and in botanical science.

3D animations, rendering images and sound effects support some of her work.

She tries to create an atmosphere that transport us to some wild, hybrid place, manipulated by the action of the man, anthropomorphised (Artifice of Nature).

 

The botanic-artistic research and living, last year on the coast of Morocco, and the scholarship from the Résidence d´Artistes Ifitry, Centre d´Art Contemporain Essaouira/Fundación Inspirarte, has allowed her to deepen and continue working on the interaction between ART-SCIENCE, ART-NATURE, ART-VIOLENCE, and the importance of the knowledge of what surrounds us (and of ourselves too) towards creative process.

 

SAVAGE-SAUVAGE
Savage-Sauvage_Ana Donat.pdf
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